Libertad incondicional. La renta básica en la revolución democrática, Paidós, Barcelona, 2018.
¿De qué dispositivos podemos valernos para hacer del mundo del trabajo, remunerado o no, un lugar compatible con la libertad y la dignidad humanas? La asignación de una renta básica incondicional puede actuar a modo de faro para conquistar, hoy, mayores niveles de libertad individual y colectiva.
El giro neoliberal del capitalismo ha supuesto una profundización de la dinámica desposeedora de este sistema. Por si fuera poco, nos hallamos ante una nueva sacudida, vinculada al desarrollo tecnológico, que amenaza con la destrucción de millones de puestos de trabajo. Así, carece de sentido ligar la supervivencia de la gente exclusivamente a un empleo cada vez más escaso y más precario. Además, ¿quién dijo que la autorrealización de las personas pasa necesariamente por el trabajo asalariado?
En Libertad incondicional, se dan pistas para hacer de las grandes transformaciones que estamos viviendo una oportunidad para tomar el control de nuestras vidas. Porque la renta básica sugiere que nuestra existencia no está en venta, que hay importantes líneas rojas que no deberían ser cruzadas.
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Revertir el guión. Trabajos, derechos y libertad, Los libros de la Catarata, Madrid, 2016 (coordinación).
Históricamente, el trabajo se ha entendido como garante de necesidades básicas como la vivienda, la alimentación, el vestido, la educación o la sanidad, es decir, del resto de derechos económicos, sociales y culturales. Su relevancia en la vida cotidiana es tal que incluso la personalidad, la propia subjetividad, queda marcada por la ocupación (o la desocupación, claro). Por eso, a pesar de que las políticas neoliberales entiendan la fuerza de trabajo como una mera mercancía y de que tienda a verse como una obligación, no es de extrañar que la principal preocupación de la ciudadanía en el contexto actual sea el paro. Sin embargo, el problema es más profundo, entre otras razones porque tener un empleo ya no significa que se consiga estabilidad económica. Así, además de las históricas reivindicaciones de los movimientos sindicales (salario mínimo, ciertos niveles de seguridad…), ahora se demanda algo más: una vida vivible. Esta aspiración emancipatoria la trasmiten las reflexiones que recoge este libro. El análisis trasciende inevitablemente lo laboral, presta atención a los trabajos que el mercado ignora (los cuidados, por ejemplo) y pone de manifiesto que la presión no solo se ejerce sobre las personas, sino que también repercute en el medioambiente. Para lograr revertir el guión predeterminado son necesarias, además, propuestas, y ya las hay. Son numerosas las teorías y prácticas que ofrecen alternativas —bienes comunes, renta básica, economía social, solidaria y cooperativa…— que permiten abordar la cuestión de los trabajos desde la perspectiva de los derechos sociales, tan importantes porque dan a la ciudadanía la capacidad de oponerse a vidas que no desea vivir y de definir formas de trabajo sentidas como propias.
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La renta básica en la era de las grandes desigualdades, Montesinos, Barcelona, 2011 (edición con Daniel Raventós).
Editado conjuntamente por la Red Renta Básica y editorial Montesinos, La renta básica en la era de las grandes desigualdades versa sobre una propuesta social que no es completamente desconocida para una parte de la población: la renta básica.
Puede afirmarse que, en la actualidad, la renta básica es una medida que va a contracorriente de las tendencias dominantes en la política económica que viene practicándose desde que estalló la crisis. Sin embargo, y en agudo contraste con ello, no son pocos los que coinciden en considerar que la renta básica es todavía más necesaria en una situación de crisis que en una situación de bonanza: en primer lugar, porque la extrema vulnerabilidad social y económica a la que una crisis condena exige respuestas firmes en términos de garantía de unos ingresos básicos para el conjunto de la población; y en segundo lugar, porque, en situaciones de crisis más que nunca, pero no sólo en ellas, se hace necesario dotar al conjunto de la ciudadanía del poder de negociación que confiere el tener la existencia material garantizada, un poder de negociación que ha de permitir la emergencia de nuevas y diversas formas de interacción social y económica, asentadas en proyectos de vida concebidos y desplegados de forma autónoma en el seno de comunidades humanas no fracturadas.
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La ciudad en llamas. La vigencia del republicanismo comercial de Adam Smith, Montesinos, Barcelona, 2010.
Incardinada en la tradición intelectual y política del republicanismo, que une la reflexión de Aristóteles y Cicerón a la de Maquiavelo y, de ahí –en su vertiente “atlántica”–, a la de los Harrington, Milton y, finalmente, a la de parte de la llamada “escuela histórica escocesa”, la obra de Adam Smith ofrece unas pistas especialmente reveladoras para entender el carácter inherentemente propietarista de dicha tradición. Así lo muestra la esencial preocupación, en la aproximación smithiana a las esferas de la producción y del intercambio, por las cuestiones de la independencia fundada en el trabajo personal y de la posibilidad del despliegue de vínculos sociales, en el seno de comunidades densas y no fracturadas, exentos de relaciones de dominación. La ciudad en llamas muestra la vigencia del republicanismo comercial de Adam Smith en un mundo, el nuestro, en el que sigue siendo necesario el proyecto civilizatorio de quienes aspiraron y aspiran a fundar la libertad en el acceso a (y en el control de) las bases materiales de nuestra existencia. Así, la obra de Smith, con la de otros miembros de la Ilustración escocesa, y conjuntamente con la de todos aquellos que, en las postrimerías del Antiguo Régimen, en los albores de la “gran transformación” que dará lugar al capitalismo contemporáneo, recogen, republicanamente, el espíritu del ala radical de la tradición del derecho natural y se revuelven contra cualquier forma de tiranía u opresión, de viejo cuño o de nueva planta, coadyuva a la conformación de un universo intelectual –científico-positivo, científico-normativo y epistemológico– cuya extensión en los siglos XIX y XX alumbrará los programas emancipatorios que la contemporaneidad conocerá y que siguen vigentes en la actualidad. Este libro se propone mostrar la naturaleza y alcance de este escenario teórico y político y, más en general, que la llamada “modernidad” es un proceso trágico de gran complejidad, atravesado por luchas pugnaces e irreconciliables, también intelectuales.
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